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¿Estás intentando adelgazar? ¡No caigas en estas trampas!

13 de noviembre de 2016

¿Estás intentando adelgazar? ¡No caigas en estas trampas!

Durante la búsqueda de una silueta esbelta es muy facil perder la sangre fría y, de paso, mucho dinero. Tanto el mercado de productos alimenticios como el mundo de los medios farmacológicos prometen efectos casi milagrosos. ¿A qué deberíamos prestarle atención durante el proceso de adelgazamiento? Y ¿cómo nos manipulan los fabricantes de la industria alimentaria aprovechando nuestra ignorancia sobre el tema? Aquí tenéis una guía corta pero eficaz sobre cómo adelgazar con cabeza y evitar meternos en problemas.

Zumos de fruta con azúcar añadido, refrescos con gas, aguas saborizadas

Hemos oído mil y una veces que un vaso de zumo de frutas al día puede sustituirnos una porción de fruta, y esto es cierto. Pero ¿sabemos de verdad qué es el zumo? ¿Somos capaces de diferenciar entre zumo, néctar y bebida de frutas? La mayoría de nosotros no presta demasiada atención cuando hace la compra diaria. Tener un conocimiento básico y leer las etiquetas puede evitar que tiremos el dinero a la basura. Muchos de nosotros, al referirse al zumo, tiene en mente un extenso grupo de bebidas dulces que llenan las estanterías de los supermercados. Los trucos y las estrategias de marketing que usan los fabricantes nos convencen por la fuerza de que el producto que hemos comprado es realmente de alta calidad.

El zumo es un producto alimenticio cuya definición ha sido determinada con mucha exactitud. Podemos llamar zumo únicamente al líquido exprimido directamente de las frutas o verduras, o en su defecto, al líquido obtenido a partir de concentrado de zumo. El zumo puede contener una pequeña cantidad de azúcar añadido, pero cada vez más fabricantes deciden renunciar a este ingrediente. Sin embargo, el zumo no puede contener ningún aditivo: ni colorantes, ni aromas ni conservantes químicos. El zumo de buena calidad debería mantenerse fresco gracias a los procesos de pasteurización – su único defecto es que durante la aplicación de temperaturas altas, parte de las vitaminas y los minerales que contiene se degradan y el zumo pierde un poco de calidad. Elijamos, pues, un zumo sin azúcares añadidos, y no exageremos con la cantidad que bebemos. Un vaso al día es suficiente.

La palabra néctar suena a grandeza, pero ¿qué se esconde realmente detrás de este nombre? El contenido de zumo de frutas o verduras en el néctar puede ser desde un 25 % hasta un 100 %, por eso sin leer detenidamente la etiqueta, la compra de néctar puede ser una verdadera lotería de calidad. A menudo también incluyen agua, azúcar y ácido cítrico, aunque no se le añaden colorantes artificiales ni aromas. Sin embargo, no deja de ser verdad que el valor nutricional de este producto está por debajo de la del verdadero zumo de frutas.

Las bebidas de frutas son la peor de las tres opciones, ya que en su composición encontramos un máximo del 25 % de frutas o verduras. En las bebidas de frutas, además, podemos encontrar grandes dosis de azúcar, colorantes, aromas y conservantes sintéticos. Un ejemplo son las bebidas gaseosas del tipo cola. Una lata pequeña contiene más de 8 cucharadas de azúcar añadido. Mucho, ¿verdad? Entonces, quizás mejor beber agua saborizada, ¿no? Al fin y al cabo, los especialistas en nutrición recomiendan beber mucha agua. Nada más lejos de la realidad. Si bebemos la cantidad diaria recomendada (2 litros) de agua saborizada, estaremos ingiriendo hasta 17 cucharadas de azúcar añadido. ¡Y eso no es todo! Una botella de agua saborizada te aportará hasta 470 kcals, lo que equivale a comerte una hamburguesa grande en un restaurante de comida rápida.

El agua mineral normal es barata y además cumple con todos los requisitos necesarios para ser aceptada en una dieta sana. Una dieta sana y variada no tiene por qué ser cara. En lugar de grandes cantidades de zumo comprado, exprimámoslos nosotros mismos utilizando frutas de temporada. Nuestra salud nos lo agradecerá aumentando nuestras defensas y mejorando nuestra condición física y mental.

Productos light, fit y fitness

Al ver las estanterías de los supermercados llenas de productos cuyas etiquetas incluyen en letras grandes frases como 0 % de grasa, light, fit, fitness, no fat o sugar free, estamos convencidos de que esos productos nos ayudarán a adelgazar. Pero la verdad es que todo esto es otra estrategia de marketing. Estas palabras y frases tienen como misión captar nuestra atención para que no veamos las “tonterías” que contiene la etiqueta y no nos demos cuenta del alto precio de los productos. Son frases pensadas para despertar nuestro interés y nuestra curiosidad, por eso vale la pena mirar un poco más allá.

Las normas de la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria regulan el uso de la palabra “light” en los productos alimentarios. Según esta Autoridad, un producto light es aquel cuyo valor calorífico ha sido reducido en un 30 %. Estos productos se caracterizan por un contenido reducido de uno o más nutrientes. Los errores en la definición de la palabra light son a menudo explotados por fabricantes sin escrúpulos. Observemos de cerca un yogur de frutas light: el fabricante a reducido el contenido de grasa en un 30 %. Fantástico, ¿verdad? Resulta ser que no, ya que la reducción del contenido de grasa ha supuesto que el fabricante tenga que añadir azúcar y un espesante alimentario que no aparece de forma natural en los yogures (por ejemplo, goma guar o almidón).

En la trampa de los productos “light” caemos cada día, ya que esta palabra no solo se refiere al azúcar, las proteínas o las grasas. Los productos light son a menudo “desprovistos” de fibra alimentaria, colesterol, vitaminas u otros nutrientes. No nos dejemos engañar: si reducimos la cantidad de un ingrediente, podemos añadir grandes cantidades de otros. Al final colocaremos la palabra “Light” con letras grandes en la parte delantera del producto para distraer a los consumidores y asunto arreglado. No me cansaré de repetirlo: tenemos que aprender a leer las etiquetas. Hagámoslo, seamos exigentes. Estamos hablando de nuestra salud.

Ahora analicemos una barrita de cereales fitness cargada de salvado, granos, copos y otras muchas maravillas maravillosas... ¿Pero qué esconde realmente? Para empezar, prácticamente la mitad de la grasa que contiene es grasa de origen animal – en 100 gramos de producto son hasta 4 g. Además, encontramos 28 gramos de azúcares añadidos y tan solo 1,5 gramos de fribra alimentaria, algo un poco raro teniendo en cuenta la gran cantidad de “ingredientes sanos” que contiene. Como podéis ver, no hay absolutamente nada en estas barritas que pueda realmente relacionarse con la palabra “fitness”. Si sigues pensando continuamente en comerte algo dulce y crujiente, algo como una barrita verdaderamente fitness, siempre puedes hacerla tú mismo en casa con ingredientes de alta calidad.

Una vez más me gustaría repetir que la comida sana no tiene por qué ser cara. Normalmente, los precios altos van de la mano de productos “mediosanos”, por eso, en vez de un yogur light, mejor cómete un yogur natural. Añádele tus frutas favoritas y tendrás un yogur de frutas sin conservantes.

Al hacer las compras diarias nos acechan trampas en cada estantería. Es muy importante mantener la sensatez: la habilidad de leer etiquetas y folletos publicitarios y un conocimiento básico sobre el tema de la alimentación sana y las dietas de adelgazamiento evitarán que tiremos el dinero a la basura y nos atiborremos de sustancias perjudiciales para nosotros y nuestra salud.